jueves, 8 de diciembre de 2005

APELLIDOS

Hay quien dice que una persona al nacer esta predestinada. Su destino esta ya escrito, y durante su vida, la línea marcada se cumplirá al final de una forma u otra.

Para otros, la vida no se encuentra predeterminada, de ante mano, sino que influyen varios factores, como pueden ser el lugar de nacimiento - no es lo mismo nacer en España que en Uganda (por poner un ejemplo) -, tener una educación u otra, la familia en la que te haya tocado vivir, el poder económico de los padres, incluso la raza, etc.

Estos factores, entre otros muchos, harán que la vida de una persona sea de una forma u otra. Esta teoría es la predominante, se sobreentiende.

Hay un factor que no se suele tener en cuenta, que es el del apellido, que a mi modo de ver influye de una forma significativa.

Un caso claro puede ser el de tener como apellido Rokefeller, Hilton u Onasis, significara que la persona que lo ostente, como norma general, tendrá un sólido poder económico, en el caso de tener como apellido Borbón pues ya se sabe.

Un amigo que trabaja como funcionario de prisiones, en un centro penitenciario de Madrid, tiene una teoría al efecto.

Para él hay apellidos que predisponen a delinquir. Así los Briones “son unos cabrones y muy malos” – esto lo puedo confirmar, tenia un profesor de apellido Briones, que era eso, un cabrón, y nos traía por la calle de la amargura-, los Oubiña, queda claro, son unos traficantes, y los Heredias son todos unos quinquis. Otros apellidos, llevan en si la carga, per se, de llevar a su “usuario” a un camino ignominioso, tal seria el caso de los Cárcel, Ladrón y otros similares. Dicho todo esto sin animo de ofender y quien no se tenga que dar por aludido, por supuesto que no lo haga.

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