¿MENTIROSO YO?

El tiempo pasa ferozmente, sin compasión, arrasándolo todo. Una vez que transita por nuestras vidas, no vuelve a pasar, agua pasada no mueve molino.
Pero del tiempo pasado, siempre nos quedara el recuerdo de lo vivido, para bien o para mal, creando un bagaje que nos curte como personas.
Precisamente, el recuerdo, es un mal endémico al que se enfrentan los políticos. El que la gente pueda recordar lo que dijeron en un determinado momento y como actúan ahora.
Para eso tratan de engañar a la concurrencia, con juegos de palabras (eufemismos), medias verdades y el ejercito de adeptos que les siguen el juego.
El actuar del presidente del Gobierno, ZP, es un claro ejemplo de lo expuesto, hay veces en que dice una cosa comprometiendo su palabra, y luego al momento o pasado un tiempo, “donde dije digo, digo Diego“, o viceversa.
Le paso con el Estatuto catalán, «Apoyaré el Estatuto que apruebe el Parlamento de Cataluña» dijo durante un mitin emborrachado por sus ansias de poder, luego la realidad, afortunadamente, ha sido otra, aunque a la postre el Estatuto sea un pésimo resultado para España, como Nación y para el resto de autonomías.
Recientemente con el tema de el alto el fuego unilateral (faltaba mas) de ETA, en el que apostilla que se puede negociar ya con Batasuna, olvidándose que tiempo atrás en el Parlamento dijo que sólo cuando ETA se haya disuelto «el Estado, la democracia, podrá escuchar y dialogar con quienes han estado en la violencia».
Su prestigio, si es que alguna vez lo tuvo, se va derrumbando a pasos agigantados. No se sabe si será un caso patológico o que es un caradura, al que lo que le interesa es mantenerse en el poder cueste lo que cueste, pero como siga así se va a convertir en un mentiroso compulsivo, o quizás ya lo sea.