miércoles, 27 de julio de 2005

P.C.

Esto de que te lo den todo hecho esta muy bien. Creo que podría vivir mucho tiempo de este modo, claro y quien no.

La pensión completa es un gran invento (alojamiento, desayuno, comida y cena). Te puede atar un poco por el horario, pero al ser estos amplios, te puedes adaptar y no estar supeditado de forma rígida.

Los desayunos son descomunales, te puedes encontrar de todo (huevos fritos, salchichas, baicon, churros, jamón york, queso, mermelada mantequilla, bollería variada, café, leche, cola cao, zumos de todas las clases….). Y lo que es más, si cabe, extraño es que te lo comes todo, se forman unos batiburrillos, de mucho cuidado. No se como se puede comer tanto a primera hora, si esto lo hiciera en mi vida diaria explotaría (se le llama desayuno americano, en contra posición al nuestro el del café y corre que llegas tarde).

En el buffet del almuerzo, ocurre otro tanto de lo mismo. Cantidad de platos a elegir. Te sirves lo que quieres, de ahí que se puedan ver mezclas tan explosivas como echar a una paella ketchut o patatas fritas a un gazpacho.

La cena se supone que debe ser más ligera, pero nada más lejos de la realidad.
Debe ser que la playa, como se suele decir, desgasta mucho y a la gente le entra mucha hambre, o lo que se hace es amortizar el gasto de la estancia, y se ponen a coger de todo, aunque al final se desperdicie.

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