EL VIAJE

Puntualmente a las 6 de la mañana hemos salido.

En poco tiempo hemos logrado colocar todas las maletas y bultos - el jugar al Tetris debe servir para algo al final -, con una precisión increíble, cuando tengamos que abrir el portón seguro que salen disparadas.

A pesar de la hora que es hay demasiado tráfico, comienzo a temer que la misma idea que hemos tenido nosotros de salir temprano la hayan tenido otros miles de conductores.
Pasado el susto, la circulación abundante era por las carreteras de Madrid. Una vez que hemos abandonado la Comunidad el tráfico era fluido.

En la DGT recomiendan parar cada dos horas o 200 km, nosotros hemos parado cuando llevábamos 3 horas de viaje, unos minutos , para desayunar y echar gasolina, es la ventaja y a la vez desventaja de circular por autovía, antes se podían observar los pueblos por los que pasabas y ahora te encuentras áreas de servicio, frías y atestadas de gente.

El rutometro estaba bien, hasta que nos hemos encontrado con un cartel de ruta recomendada para nuestro destino, le hemos hecho caso y la hemos cagado. Suponíamos que si lo seguíamos ganaríamos algo, ha sido todo lo contrario. Si ya lo decía yo, de los responsables de trafico no hay que fiarse, me remito a situaciones anteriores (caos circulatorio provocado por su ineptitud, en Navidades y Semana Santa, para ser precisos). El camino señalado estaba en obras –como iba a ser menos, siempre se realizan en los momentos en que pueden fastidiar más -, no se podía adelantar y estaba llena de camiones, con lo que la travesia diseñada por la DGT ha sido lenta y aburrida. Total en vez de ganar, perdemos más de media hora y hacemos más kilometros.

Después de 5 horas y media, y 498 km, hemos llegado a nuestro destino.

Ahora comienzan realmente las vacaciones.