lunes, 31 de enero de 2005

GOYAS

Ayer se celebro la XIX edición de los premios Goya, a la que acudió el presidente del Gobierno ZP no sé si para pagar deudas, contraidas con “la gente del cine” por su labor durante la campaña contra la “guerra de Iraq”, convirtiéndose en el primer jefe de Gobierno que acudía a la gran cita del cine español.

Independientemente de lo acertado o no de los premios, lo he de confesar no he visto ninguna de las películas seleccionadas (eso creo, porque tampoco se cuales estaban seleccionadas), al igual que la mayoría de los miembros de la academia; la gala fue penosa, por emplear un termino fino, si esta es “la gran cita del cine español”, no me extraña, que las películas españolas hayan perdido más de tres millones de espectadores.

Se hecha la culpa de este descenso, entre otras cosas a lo que tienen que pagar los que hacen cine (impuestos especialmente, IVA) y a la piratería. Yo, más bien, creo que se debe a las malas películas realizadas por los cineastas españoles, y a que falta sabia nueva, siempre los mismos directores y actores. Falta competencia en la industria cinematográfica española, a los nuevos realizadores y guionistas, me consta, que no se les hace caso.

La presidenta de la Academia, Mercedes Sampietro, hizo un llamamiento al Gobierno para que ayude a subsanar los problemas de esta industria. Me parece una desfachatez, el cine es una industria, y como tal con animo de lucro, no veo porque hay que subvencionar a unos particulares, cuando hay gente que se dedica a temas culturales (escritores, pintores, cantantes, etc.), a los que no se les subvenciona nada, y si no venden su producto no comen.

Basta ya de subvenciones, que la gente del cine arriesgue su dinero, de esta forma comenzaran a realizar buenas películas, que interesen a los espectadores, y dejaran de hacer esos bodrios (la mayoría), sabiendo que van a recibir subvenciones independientemente de la calidad de sus producciones; si un trabajador no rinde en su trabajo es despedido, si un empresario no trabaja bien se arruina, pero la gente del cine español (esos cuatro, correveidiles, que están contra una guerra no declarada, y se olvidan o miran a otro lado cuando se trata del terrorismo nacional, léase ETA), si se equivocan, lo que ocurre la mayoría de las veces, no pasa nada porque detrás esta la mano de los políticos, que con el dinero de todos, les subvencionan sus desmanes.