martes, 23 de febrero de 2010

DESLENGUADOS

Existe un lenguaje universal que se ha perpetuado desde tiempos inmemoriales, teniendo sus orígenes en la antigua Grecia, aunque posiblemente habría que remontarse a unos cuantos millones de años más atrás, quizás a los tiempos de las cavernas con el hombre primitivo para conocer su ancestral origen.

Utilizado por gentes de distinta condición, desde monarcas a vasallos, de nobles al vulgo, de eruditos a iletrados, de la jet-set a la chusma, por adultos y niños. Con una característica intrínseca su entendimiento internacional. Ya sea empleado aquí o allende los mares, en este país o en las antípodas, por un ruso o un chino… su compresión y significado será inmediato, sin necesidad de traducciones, y por supuesto sin precisar de su estudio.

De forma que me atrevería a decir que si existe vida inteligente en el Universo este lenguaje seria comprendido en cualquier recóndito lugar de la galaxia, en este terreno la Globalización deja de ser una amalgama de elementos y componentes heterogéneos para convertirse en algo real.

Esta panacea del entendimiento mundial es el lenguaje de los gestos, más aún cuando su significado o empleo es como insulto o como señal de desprecio hacia los admiradores.

El ex presidente del Gobierno Aznar lo ha puesto en boga y trepado a los altares de la actualidad, al emplearlo en Oviedo, la semana pasada, ante un grupo de universitarios que le vitoreaban, (trayéndole nuevamente al primer plano para aumentar su ego y sacar la inquina de sus defenestradores). Sin entrar en disquisiciones técnicas de que si el susodicho aspaviento se trata de una peineta (opinión mayoritaria) o una peseta (opinión del escribiente), hay que señalar que su ejecución ha causado gran revuelo en la opinión publica, más en los políticos y comparsantes de ideología (si es que la tienen) contraria, que sean inmiscuido en paladines de la buena educación (ver para creer). Desde la ultimamente ninguneada vicepresidenta de la Vega que califica el acto de falta de respeto a los que le insultan, de manera que se legitima a los alborotadores, los gritos de asesino o terrorista parecen ser anecdóticos, pasando por Manuel Chaves que lo considera de actitud política y humana deleznable, y quizás la mas dura en sus manifestaciones descalificaciones, la secretaria de Política Internacional del partido Elena Valenciano que tacha al ex presidente de patético, autoritario, deslenguado, maleducado y resentido –en este caso creo que lo hace con conocimiento de causa-.

Ni tanto ni tan calvo.

El gesto es reprobable lo haga quien lo haga, lo que ocurre es que se ve de distinta forma dependiendo de quien lo realiza, llegando incluso a ser alabado el creador (caso del Rey). Es un gesto cotidiano y nadie se escandaliza por verlo e incluso tampoco por recibirlo, que les den, tanto a unos como a los otros.

No hay comentarios: