viernes, 23 de mayo de 2008

VALORANDO

Aunque pueda parecer un tópico en realidad no lo es. No nos damos cuenta de lo que tenemos hasta que lo perdemos o nos quedamos sin ello. Puede ser algo de carácter personal, como una relación de amistad o compañerismo que dejamos perder, sin ver el valor real que tiene, o material como un coche al que no cuidamos que nos hace un buen servicio a pesar de sus años y de repente casca, por no haberle dedicado un mínimo mantenimiento, tangible o intangible como un sentimiento.

Para evitar que eso me suceda, he decidido apreciar, (si es que ya no lo hacia), con todo su rigor y en su justa medida, lo mucho o poco que tengo, doy o me dan, pues no deseo que pasado un tiempo, tenga que volver la vista atrás y darme cuenta de que “se me paso”, por ejemplo dar un cumplido a alguien, realizar un favor sin que me lo hubieran pedido o simplemente decir gracias, ¿por qué? por todo y por nada.

Siguiendo este nuevo planteamiento estimatorio de todo lo que me rodea, he decidido comenzar a ponerlo en practica hoy, así al comprar el periódico, le he dado un apretón de manos al kioskero, el hombre se ha quedado pasmado, y ha comentado ¡qué se habrá metido este hoy!, su comentario no me ha sentado mal, me ha sentado peor que un circulo de viejas cincuentonas, por ser generoso, le ha secundado, todo esto por demostrar un signo de gratitud y afecto.
En la panadería, he traspasado el mostrador y le he dado dos besos a la dependienta, ella me ha respondido, con igual entusiasmo pero con menos carga emocional, con dos sonoras tortas, la verdad bien dadas pues me ha dejado su mano marcada, pero las he recibido con muy buen agrado.
Al gasolinero entrado ya en años, debe ser una reliquia del pasado –de los pocos que quedan- con el sistema de autoservicio (sírvase usted y pase por caja sin descuento por el ahorro generado en personal), después de que me sirviera la gasolina y al pagarle le he dado un fuerte abrazo, su respuesta ha sido ¡qué pena de juventud¡.

Estos pequeños contratiempos no van a cambiar mi nueva forma de actuar, y no voy a desistir en mi empeño de valorar todo aquello que tengo y me dan. Dice el refrán que es de bien nacido el ser agradecido, pues yo lo voy a seguir siendo aunque de vez en cuando, mas bien una vez si y otra también siga recibiendo otro tipo de consideraciones no tan amigables, pero me da igual, a lo hecho pecho.

ESTARAS EN MI CORAZON
YOU'LL BE IN MY HEART
PHIL COLLINS