Vivimos en tiempos de idolatría. No sólo idolatramos a cualquier personaje o personajillo (incluso algunos a si mismos, el culto al cuerpo), sino también a objetos diversos, casas o coches, por ejemplo. De todo esto tienen mucho la culpa los medios de comunicación actuales. De la misma forma a esas personas que hemos ensalzado, (o han ensalzado), las lanzamos al abismo en un momento.
En el mundo del deporte o de la canción, podemos apreciar esto de forma clara, un determinado jugador o cantante, es hoy un ídolo de masas, pero mañana se le puede tirar del pedestal y de hecho se le tira, sin ningún miramiento.
Hay muchos héroes anónimos que no salen en los medios, que realizan su labor sin pedir nada a cambio.
Todos los días me encuentro con uno, su nombre León (Leocadio). Es un vendedor de la Once, y cada vez que le veo no puedo evitar pensar “¡ Ole tus huevos !. Es de esas personas que no pueden pasar desapercibidas por donde quieran que van. Algunos le dirán que es un disminuido o discapacitado (al estilo ZP) pero nada mas lejos de la realidad, él para esto tiene su dicho “disminuido, tu puta madre”. es increíble como puede ir por las calles con una seguridad, que a quien le ve le puede llegar a aterrar, cuando se da cuenta que es ciego. Cruza por los pasos de cebra, silbando antes para evitar que le pillen, va por las aceras sorteando obstáculos, como un esquiador. Todo esto con una alegría encomiable. Por donde quiera que va deja un alo de alegría y esperanza. Posiblemente nunca saldrá en los medios, ni falta que le hace, pero su espíritu de superación rebasa cualquier reto que se le imponga, su ejemplo me sirve para valorar realmente lo mucho o poco que tengo, para mi si que es un héroe.
Merecería salir en los medios y no esos mindundis de tres a un cuarto que copan por las pantallas de televisión.
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