Nos encontramos en el Año Mundial de la Física, proclamado por la UNESCO, en conmemoración del centenario de la la publicación de la Teoría Especial o Restringida de la Relatividad (1905), con las que Albert Einstein consiguió unos avances que cambiaron la forma de percibir el mundo.
La repercusión en España, es menor de la debida, desgraciadamente la frase de Mariano Jose de Larra de “investigar en España es llorar” sigue en pie y se ha convertido, ya en un aragio, aunque afortunadamente siempre existen excepciones.
Me ha gustado la física siempre, aunque sea de letras, en particular la Astrofísica y especialmente la Teoría de Cuerdas (que merece un post aparte). Participo en un proyecto enmarcado en las actividades que conmemoran el Año Mundial de la Física, su nombre es Einstein@home que trata de buscar las ondas gravitacionales que Einstein predijo en 1916, en su Teoría General de la Relatividad., pero solamente ahora en el siglo XXI la tecnología ha avanzado lo bastante como para que los científicos las detecten y estudien
Einstein@Home se basa en que los propietarios individuales de ordenadores personales, donan tiempo de proceso para el análisis de los datos del LIGO (Laser Interferometer Gravitational wave Observatory (LIGO). Es la denominada computacion distribuida, que consiste en disponer de redes de ordenadores (formadas por miles de voluntarios que prestan los ciclos desaprovechados de su CPU momentos en que su PC no hace nada para realizar cálculos) dedicados al análisis de datos que requieran una gran potencia de cómputo.
La repercusión en España, es menor de la debida, desgraciadamente la frase de Mariano Jose de Larra de “investigar en España es llorar” sigue en pie y se ha convertido, ya en un aragio, aunque afortunadamente siempre existen excepciones.
Me ha gustado la física siempre, aunque sea de letras, en particular la Astrofísica y especialmente la Teoría de Cuerdas (que merece un post aparte). Participo en un proyecto enmarcado en las actividades que conmemoran el Año Mundial de la Física, su nombre es Einstein@home que trata de buscar las ondas gravitacionales que Einstein predijo en 1916, en su Teoría General de la Relatividad., pero solamente ahora en el siglo XXI la tecnología ha avanzado lo bastante como para que los científicos las detecten y estudien
Einstein@Home se basa en que los propietarios individuales de ordenadores personales, donan tiempo de proceso para el análisis de los datos del LIGO (Laser Interferometer Gravitational wave Observatory (LIGO). Es la denominada computacion distribuida, que consiste en disponer de redes de ordenadores (formadas por miles de voluntarios que prestan los ciclos desaprovechados de su CPU momentos en que su PC no hace nada para realizar cálculos) dedicados al análisis de datos que requieran una gran potencia de cómputo.
Albert Einstein sigue siendo una figura mítica de nuestro tiempo, derivada en buena medida de sus cualidades personales y de su posición como intelectual comprometido; más, incluso, de lo que llegó a ser en vida, si se tiene en cuenta que su imagen, en condición de póster y exhibiendo un insólito gesto de burla, se ha visto elevada a la dignidad de icono doméstico y contracultural, junto a los ídolos de la canción y los astros de Hollywood.
Para finalizar, voy a relatar una anécdota, que se cuenta de Einstein y de su chofer, que ha alcanzado la categoría de leyenda urbana (esas historias que circulan de boca en boca y que mucha gente da por descontado que son ciertas), probablemente, por no decir seguramente, sea falsa.
Se cuenta que en los años 20 cuando Albert Einstein empezaba a ser conocido por su teoría de la relatividad, era con frecuencia solicitado por las universidades para dar conferencias. Dado que no le gustaba conducir y sin embargo el coche le resultaba muy cómodo para sus desplazamientos, contrató los servicios de un chofer.
Después de varios días de viaje, Einstein le comentó al chofer lo aburrido que era repetir lo mismo una y otra vez.
"Si quiere", le dijo el chofer, "le puedo sustituir por una noche. He oído su conferencia tantas veces que la puedo recitar palabra por palabra."
Einstein le tomó la palabra y antes de llegar al siguiente lugar, intercambiaron sus ropas y Einstein se puso al volante. Llegaron a la sala donde se iba a celebran la conferencia y como ninguno de los académicos presentes conocía a Einstein, no se descubrió el engaño.
El chofer expuso la conferencia que había oído a repetir tantas veces a Einstein. Al final, un profesor en la audiencia le hizo una pregunta. El chofer no tenía ni idea de cual podía ser la respuesta, sin embargo tuvo un golpe de inspiración y le contesto:
"La pregunta que me hace es tan sencilla que dejaré que mi chofer, que se encuentra al final de la sala, se la responda".
Se cuenta que en los años 20 cuando Albert Einstein empezaba a ser conocido por su teoría de la relatividad, era con frecuencia solicitado por las universidades para dar conferencias. Dado que no le gustaba conducir y sin embargo el coche le resultaba muy cómodo para sus desplazamientos, contrató los servicios de un chofer.
Después de varios días de viaje, Einstein le comentó al chofer lo aburrido que era repetir lo mismo una y otra vez.
"Si quiere", le dijo el chofer, "le puedo sustituir por una noche. He oído su conferencia tantas veces que la puedo recitar palabra por palabra."
Einstein le tomó la palabra y antes de llegar al siguiente lugar, intercambiaron sus ropas y Einstein se puso al volante. Llegaron a la sala donde se iba a celebran la conferencia y como ninguno de los académicos presentes conocía a Einstein, no se descubrió el engaño.
El chofer expuso la conferencia que había oído a repetir tantas veces a Einstein. Al final, un profesor en la audiencia le hizo una pregunta. El chofer no tenía ni idea de cual podía ser la respuesta, sin embargo tuvo un golpe de inspiración y le contesto:
"La pregunta que me hace es tan sencilla que dejaré que mi chofer, que se encuentra al final de la sala, se la responda".
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