Juan Pablo II
Hemos tenido la suerte de vivir dos momentos históricos, la caída del comunismo y la entrada de un nuevo siglo. El primer momento, sin duda, se lo debemos a una persona al PAPA Juan Pablo II.
Su muerte nos llena de tristeza, pero a su vez nos da alegría porque se une al Señor a ese al que nos intento hacer llegar.
Me gustaría decir mas cosas, pero no puedo expresar lo que siento. Que su legado no caiga en saco roto
Todavía guardo en mi retina, aquella mañana del mes de junio de 1993, en la que tuve la suerte de verle al salir de la Nunciatura Apostólica en Madrid, se me pone la piel de gallina al recordarlo.
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