Continuando con el tema de ayer, el gafe, lo que me parece es que tengo mala suerte en ciertos momentos. En el post de ayer no lo dije, pero mientras estaba trabajando con un aparato imprescindible para ese puesto, se atasco y al intentarlo arreglar se estropeo y dejo de funcionar; ¿por qué siempre me ocurren cosas como esta a mi, y nunca a otros compañeros?. Con suerte nadie me vio. Luego un compañero intento usarlo y vio que no funcionaba, yo por supuesto me hice “el sueco” cuando me pregunto. Como terminaba la jornada no dijimos nada.
Hoy iba yo concienciado de la bronca que me iba a caer por no decir nada, pero por un golpe de suerte, sin que sirva de precedente, cuando he llegado, el jefe había intentado usar la máquina y se ha dado cuenta de que no funcionaba, me ha preguntado y le he dicho que funciono bien hasta que el otro compañero intento usarla.
Todo ha quedado así, ha llamado a mantenimiento para que vinieran a arreglarla, le han preguntado si se había atascado, el ha dicho lo que yo le dije, que no (la verdad es que si se había atascado, al intentar yo desatascarla se había parado y ya no funcionaba). Los de mantenimiento, por supuesto no podían venir hoy, por lo que mi compañero ha tenido que realizar la labor de la maquina manualmente, supongo que hoy dormirá con el síndrome del picapedrero.
Durante la mañana, cuando no me veían, he estado intentado hacer que funcionara; después de numerosos intentos lo he conseguido, poco más y sale petróleo de toda la mierda (trozos de papel ennegrecidos por la tinta) que ha saltado al comenzar a funcionar. Cuidadosamente lo he limpiado todo, para no dejar huellas, y he desenchufado la maquina, para evitar que vieran que funcionaba.
Mientras sucedía esto, he tenido que hacer una gestión telefónica y el teléfono ha dejado de funcionar, ¡vaya racha¡, por supuesto no he dicho nada. Se han dado cuenta y no veáis la que se ha formado, ya que, el teléfono nos resulta vital para realizar el trabajo.
Al salir he decidido enchufar la maquina en cuestión, espero que mañana (sábado) no vayan a arreglarla y el lunes sin decir nada, comenzar a trabajar con ella, como si no hubiese ocurrido nada, y si me preguntan, cuando me vean usarla, decir que creía que la habían arreglado el sábado. Cuando llegue el técnico nos va a poner verdes, al ver que funciona, pero por lo menos yo saldré ileso de este percance, ya que había dicho que la maquina no se había atascado.
Hoy iba yo concienciado de la bronca que me iba a caer por no decir nada, pero por un golpe de suerte, sin que sirva de precedente, cuando he llegado, el jefe había intentado usar la máquina y se ha dado cuenta de que no funcionaba, me ha preguntado y le he dicho que funciono bien hasta que el otro compañero intento usarla.
Todo ha quedado así, ha llamado a mantenimiento para que vinieran a arreglarla, le han preguntado si se había atascado, el ha dicho lo que yo le dije, que no (la verdad es que si se había atascado, al intentar yo desatascarla se había parado y ya no funcionaba). Los de mantenimiento, por supuesto no podían venir hoy, por lo que mi compañero ha tenido que realizar la labor de la maquina manualmente, supongo que hoy dormirá con el síndrome del picapedrero.
Durante la mañana, cuando no me veían, he estado intentado hacer que funcionara; después de numerosos intentos lo he conseguido, poco más y sale petróleo de toda la mierda (trozos de papel ennegrecidos por la tinta) que ha saltado al comenzar a funcionar. Cuidadosamente lo he limpiado todo, para no dejar huellas, y he desenchufado la maquina, para evitar que vieran que funcionaba.
Mientras sucedía esto, he tenido que hacer una gestión telefónica y el teléfono ha dejado de funcionar, ¡vaya racha¡, por supuesto no he dicho nada. Se han dado cuenta y no veáis la que se ha formado, ya que, el teléfono nos resulta vital para realizar el trabajo.
Al salir he decidido enchufar la maquina en cuestión, espero que mañana (sábado) no vayan a arreglarla y el lunes sin decir nada, comenzar a trabajar con ella, como si no hubiese ocurrido nada, y si me preguntan, cuando me vean usarla, decir que creía que la habían arreglado el sábado. Cuando llegue el técnico nos va a poner verdes, al ver que funciona, pero por lo menos yo saldré ileso de este percance, ya que había dicho que la maquina no se había atascado.
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