CLASES DE JEFE

Los jefes se clasifican en buenos y malos, según adscripción general. El buen jefe será aquel que sabe dirigir en forma perfecta, que no tiene problemas con sus subalternos y que cumple con sus obligaciones. En cambio, el malo será el que tiene choques y fricciones con sus subalternos y causa perdidas a la empresa en la que trabaja (no sólo económicas).

La clasificación de los trabajadores, empleados, curritos, indios, etc .... es mas prolija. Esta desde el pelota o come culos ( aquel que cree que va a heredar la empresa y no para de trabajar), el escaqueado ( desaparece hábilmente, en los momentos de más trabajo), el torpe (que siéndolo o no, se le asignan trabajos menos complicados), y el que parece que trabaja, por poner algunos tipos.

En este ultimo grupo me encuentro yo. Si hay que trabajar se trabaja, pero cuando no o no apetece existen unos trucos para parecer que se esta ocupado.

Mis compañeros, dicen que parece que tengo un don, nunca me pilla el jefe en momentos de relax. Como lo consigo, muy fácil parecer que siempre estoy ocupado cuando en realidad, no hago nada o estoy en las musarañas.

Es verdad parece que tengo un sexto sentido, supongo que extrasensorial, para parecer que estoy ocupado, cuando el jefe me vigila, o en el momento que viene a por mi, no me ve desocupado. Una vez nos reunimos unos cuantos en un bar, claro esta en horario laboral, y el jefe nos pillo a todos, bueno mejor dicho, a mi no. Cuando el entraba yo salía por la otra puerta y no me vio, no es que huyera sino que en ese momento no sé porque me fui.

En época de poco trabajo, generalmente en verano, nos juntamos para fumar ( yo no fumo), mejor dicho para escaquearnos, cuando el jefe sale. En una ocasión estamos todos reunidos y el jefe llega de repente pillando a todos. Claro esta a mi no me pillo, aunque en esta ocasión no me aviso el sexto sentido, sino el video portero que enciendo cuando el jefe se marcha a realizar sus asuntos (por supuesto particulares) en jornada laboral.

Concluyendo para mi los jefes son siempre malos y hay que ir a por ellos en toda ocasión. Si te dicen que hagas una cosa, le dices que si, y luego haces lo que quieras (siempre se puede encontrar una excusa para no hacer algo). En momentos oportunos, generalmente de mucho trabajo, pues te pones a ayudarles (siempre con la misma máxima, parecer que estas haciendo algo, cuando en realidad no haces nada), de esta forma se quedaran contentos y te dejaran tranquilo.

Toda esta parrafada viene al caso, porque hoy he estado más de una hora desayunando y al volver, no me ha echado en falta (algún compañero supongo que si, por sus caras) quien me puede reprimir, que es el jefe, al que se le puede tener contento de esta forma.